Mi amigo de hoy demuestra muy pocas luces. El caso es que Doyle Hardwick, un hombre de 57 años, quería ver su Facebook a gusto pero su mujer no le dejaba y se sentaba detrás de él para poder echar un vistazo a lo que hacía por encima del hombro. Al no saber cómo evitarlo, Doyle llamó a la policía para que su mujer le dejase en paz.
Cuando los agentes llegaron y vieron el percal le preguntaron a Doyle qué pasaba. Él les contó que su mujer se había puesto muy pesada pero en un principio ésta le aseguró que si le dejaba tomarse 8 cervezas se iría a la cama. Sin embargo, cuando la mujer hubo tomado el alcohol se puso más pesada y dijo que no se iba a mover de ahí por lo que, al borde de los nervios, sólo se le ocurrió llamar a la policía para que obligaran a su mujer a acostarse.
Tras comprobar que toda la historia era cierta y que Doyle realmente les había llamado por eso, decidieron meterle en el calabozo y mi amigo ha sido sentenciado a 60 días ahí metido por el mal uso del 911. Un poco excesivo para mi gusto, pero se ve que en Estados Unidos no se toman a bien eso de que la policía vaya para nada.
Fuente: Tampa Bay
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