Obviamente se desencadenó rápidamente el caos más absoluto entre el pasaje. Hasta que uno de los pasajeros, que gracias a Dios era policía jubilado, consiguió reducir al piloto que se había vuelto completamente loco. Finalmente, el co-piloto, que sí que estaba cuerdo, decidió que lo mejor sería hacer un aterrizaje de emergencia lo más cerca posible: Texas.
Pero mejor ver el vídeo que grabó uno de los pasajeros que no lo tendría que estar pasando nada bien:
Fuente: New York Post
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