No se si mi amigo está en su sano juicio, pero la verdad es que los gritos que emite al ver pasar un
Ferrari a su lado son impresionantes. Si alguien eliminase la parte en la que el chico habla, probablemente pensaríamos que
le están arrancando un cacho de pierna, pero nada más lejos, es todo producto de la emoción que le da el ver un coche de la marca italiana junto a él.
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