viernes, 28 de febrero de 2014

La broma del asesino de la mafia

Hay bromas graciosas y hay bromas que se lo hacen pasar mal a la víctima. Mi primer amigo de hoy ha sufrido una de estas últimas. El caso es que estaba sentado en una parada de autobús cuando un chaval se puso a su lado y empezó a entablar conversación con él. Al nuevo vinieron a buscarle en coche, ofrecieron a mi amigo acercarle a casa y aceptó.

A mitad de camino a casa, notó unos ruidos en el maletero y el conductor bajó con un bate, más adelante volvió con el bate empapado de sangre. Desde ese momento la cosa se descontrola y mi amigo pasa el peor momento de su vida.

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